Apoyar los objetivos ESG de las artes a través de los seguros
Desde hace mucho tiempo, el arte ha captado los mayores movimientos sociales de la historia. Mientras el mundo invierte intelecto, dinero y tiempo en comprender e incorporar prácticas de sostenibilidad a todos los ámbitos de la vida y los negocios, el mundo del arte contemporáneo se ha cuestionado sus implicaciones en la sociedad y nuestro medio ambiente. La fluidez de estas tendencias significa que todos los implicados, en particular las aseguradoras que actúan entre bastidores, deben estar atentos a las necesidades de los artistas, coleccionistas y galerías, asegurándose de que comprendemos estas tendencias y las repercusiones que pueden tener en la gestión y transferencia de riesgos.
Experiencias artísticas digitales
Este año, cada vez son más frecuentes las experiencias artísticas virtuales o digitales que aprovechan las nuevas tecnologías. Ya hemos sido testigos del auge de las experiencias inmersivas en grandes ciudades de toda Europa, y en la edición de este año de Art Basel[1] vimos una nueva feria satélite llamada Digital Art Mile, dedicada por completo al arte digital. Además de transformar las formas en que el público puede ver e interactuar con el arte, también está reduciendo la huella de carbono, ya que elimina la necesidad de enviar obras de arte físicas por todo el mundo para exposiciones temporales. Esto reduce las emisiones que conlleva el transporte, así como los residuos de envases y embalajes de un solo uso. También aumenta la accesibilidad al arte, acercando las obras a un público mucho más amplio, que de otro modo tendría más dificultades a la hora de viajar o acceder a las exposiciones.
Aunque los avances en realidad virtual, modelado 3D y experiencias digitales interactivas ofrecen una alternativa atractiva para museos y visitantes, los proveedores de seguros tendrían que contemplar los posibles riesgos cibernéticos que conlleva la digitalización de obras de arte de gran valor.
A principios de este año, un importante proveedor de software para museos, fue víctima de un ataque de ransomware contra sistemas que daban soporte a más de 800 clientes en todo el mundo. El incidente dejó un rastro de colecciones en línea interrumpidas y de información confidencial potencialmente comprometida, lo que desencadenó un debate sobre la necesidad de proteger los activos artísticos digitales. En los últimos años, los ciberataques han cobrado protagonismo y su nivel de amenaza no hace más que crecer. El reto para las aseguradoras es adaptar las pólizas a las nuevas amenazas cibernéticas para proteger a los museos y a su público de estos riesgos, sin frenar la adopción de nuevas tecnologías.
Transporte
A pesar de los avances tecnológicos, nada puede replicar realmente la experiencia de ver una obra de arte en persona, y las aseguradoras y las empresas de logística del arte están estudiando la manera de transportar las obras de arte de una forma que minimice el impacto medioambiental y se garantice al mismo tiempo el máximo cuidado y seguridad.
En el caso de las obras de arte que se deben transportar físicamente, el sector debería pasar a utilizar contenedores circulares reutilizables, en lugar de cajas de madera de un solo uso que suelen desecharse tras su utilización. Esto no sólo reduciría el desperdicio de material, sino que los proveedores de seguros podrían cubrir con confianza los envíos que utilicen contenedores reutilizables certificados que cumplan las normas profesionales de embalaje. Un modelo aún más circular de transporte de obras de arte es un triunfo fácil para la sostenibilidad.